¡Olé al compositor Mike Posner por atreverse a contar públicamente sus fallos y por hacer autocrítica al haber perdido el control tomando una pastilla en Ibiza!

"I took a Pill In Ibiza"

Algunos jóvenes leen estos artículos, les gustan y ayudan, pero como tenemos una vida compartimentada, que alguien intente ser un buen cristiano de día, no quita para que, de vez en cuando, se le vaya la mano con consumos por la noche. Quizá no de pastillas, como dice la canción, pero al menos sí de alcohol.

Mike Posner da en el clavo al reconocer que la tomó para parecerle cool a su amigo Avicii (que acabó mal por eso mismo). Y es que muchas adicciones empiezan por no querer ser el diferente que no sigue al grupo, o para impresionar. La imagen, pensar que es la vía para pasarlo bien, el qué dirán y la dificultad de ir contracorriente también pesan, y puede que mucho, por la noche. Y profundiza contando cómo su vida de lujo, dinero, fiestas y sexo le parece fantástica a la gente, pero que en realidad le está dejando vacío, solo, sin gente de confianza, cantando canciones tristes... Y te advierte de que no te gustará vivir como él.

Esta canción puede ser mejor que cualquier campaña antidroga porque suena en las mismas discotecas en la que se consumen alcohol y drogas.

La cuestión es que tú recuerdes su sentido y le des importancia a lo que él echa en falta: buenos amigos, alegría verdadera, estabilidad. Porque, como si fuera la fuerza de la gravedad, todo lo que da el subidón del alcohol, acaba dando después el bajón vital. 

Y siguiendo la sinceridad de Mike Posner, puedo decir que sucede así.