LOS DATOS DEL DÍA
martes, 23 de abril de 2024
... Y NACIERON LOS HERMANOS

A. Hay que reconocer que tuviste valentía para quedarte sin nada, según nos has contado. ¿No tuviste miedo de volverte atrás nunca?

JB. ¡Claro que tuve miedo!; pero nunca pensé en volverme atrás, una vez tomada la decisión. No veas los comentarios de la nobleza y el clero de Reims; según ellos, era un tremendo disparate lo que hice; para mis familiares, me había convertido en una deshonra. Pero eso es el pago que
dan quienes no se toman en serio el evangelio.

A. ¡Bueno!; que te corté y no terminaste de decirnos cómo nacieron los Hermanos.

JB. Tengo miedo de que algunas cosas no las entiendas. Después de hacerme como uno más de los maestros, yo podía decirles: “Reconoced y adorad a Jesucristo bajo los harapos de los niños pobres; somos pobres, y sólo los pobres vienen a buscarnos”. Ahora sí que creían en mis palabras. Dios había cambiado nuestros corazones; aquellos niños harapientos, analfabetos y maleducados cambiaron nuestras vidas. Éramos generosos con Dios y Él enviaba vocaciones. Fue entonces cuando decidimos llamarnos Hermanos; todos iguales, para tener juntos y por asociación las escuelas. Todo lo decidíamos en común. Y decidimos consagrarnos a Dios para realizar la tarea de la educación cristiana. Así fue como nacieron los Hermanos; algunos eran una maravilla.

A. Y a partir de ahí ya todo sería fácil, pues te tendrían por santo, ¿no?

JB. Todo lo contrario. No sólo había pobres en Reims, por lo que decidí ir también a París. De allí a toda Francia, y quién sabe si a todo el mundo, porque en todos los lugares hacían falta escuelas. Cuando me marché de Reims, algunos Hermanos lo notaron. Nuestra vida era pobre y muy dura; además, los curas se entrometían en nuestros asuntos. A punto estuvo de irse todo a pique. Yo le decía a Dios: “¡Señor, que tu obra salga adelante!”. Cuando peor estábamos, en 1691, elegí a los dos Hermanos que mejores me parecían y prometimos, para toda nuestra vida, que “nos dedicaríamos a crear y mantener las escuelas para los pobres, aunque tuviéramos que vivir de limosna y sólo pan”.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO

¿Te acobardas cuando los demás te critican sabiendo que obras bien?
¿Qué opinas de la vida de los Hermanos? ¿Qué sabes de ellos?

ORACIÓN

Tú, Señor, me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad.
Tú me das el valor para la lucha,
sin miedo avanzaré.
ILUMINA, SEÑOR, LAS SENDAS DE MI VIDA; AL MUNDO DAS LA LUZ
AUNQUE PASE POR VALLES DE TINIEBLAS, YA NUNCA TEMERÉ.
Yo confío el destino de mi vida
al Dios de mi salud.

A los pobres enseñas el camino;
su escudo eres Tú.
EL SEÑOR ES LA FUERZA DE SU PUEBLO, SU GRAN LIBERTADOR.
TÚ NOS HACES VIVIR EN CONFIANZA, SEGUROS EN TU PODER.

ANIMADOR DE LA ORACIÓN TODOS
SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE RUEGA POR NOSOTROS
¡VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES! ¡POR SIEMPRE!