LOS DATOS DEL DÍA
miércoles, 29 de mayo de 2024
Tú mismo
La verdadera sabiduría
INTRODUCCIÓN PARA EL EDUCADOR

Reflexionar sobre el grado de autonomía que tenemos para resolver nuestras dudas y dificultades

El sabio está sentado bajo el árbol de siempre. La gente viene y le consulta, y le pregunta y le cuenta cuitas, y le pide bendiciones. Y él escucha, y bendice, y responde a cada uno según lo que necesita.

En esto se acerca un joven y le pregunta sobre la felicidad. “Hemos nacido para ser felices. No lo somos. ¿Cómo serlo?” El joven pregunta y el sabio escucha. Después le dice: "Vuelve mañana. Te espero aquí".

El joven vuelve al día siguiente, pero no hay nadie bajo el árbol. Se cerciora de que es el mismo árbol, el mismo sitio. Sí, lo es, pero no hay ni rastro del sabio. Espera, pero no viene. Sigue esperando, pero sin resultado.

Entonces al joven se le ocurre sentarse bajo el árbol. El árbol es de todos, y allí descansará. Lo hace con paz.

Al cabo de un rato alguien se acerca. La gente sabe que bajo ese árbol se sienta el sabio, y vienen a consultarle. Y hoy llega un hombre, toma a nuestro joven por el sabio, pues nada hay de extraño en el mundo de la sabiduría, y se pone a hacerle preguntas. El joven cae en la cuenta de la equivocación, pero decide seguir la broma. Así por lo menos pasará el tiempo. Luego ya se lo dirá y se reirán los dos.

El hombre pregunta sobre la felicidad. “Hemos nacido para ser felices. No lo somos. ¿Cómo serlo?”. Y el joven se encuentra con que va respondiendo, va diciendo cosas, y el visitante asiente, entiende, se siente satisfecho.

El joven sospecha y se fija en las facciones del visitante. Sonríe. El visitante es el sabio disfrazado. Le ha enseñado que lo importante y decisivo es que cada uno debe responderse a sí mismo las grandes preguntas.

Nadie puede decirnos el camino de nuestra felicidad sino nosotros mismos.

 

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO

Nuestra vida es una gran obra de teatro. Y en ella somos los actores principales. El resto de las personas a nuestro alrededor son los actores secundarios, los cuales tienen su propia historia. Pero en la nuestra somos los protagonistas. Y está en nuestras manos el hacer bien o mal nuestro papel.

Y es así como debemos tomar la vida, como una obra de teatro. El telón se levanta cuando inicia cada día. Día a día, con cada escena, debemos dar lo mejor de nosotros mismos.

Muchas veces esperamos lo mejor de la vida, porque creemos merecerlo todo. Pero recordemos que la vida es sabia. Y sería bueno preguntarnos qué estamos nosotros dispuestos a darle a la vida.

¿Somos buenos o malos actores en nuestra vida?

ORACIÓN

Señor misericordioso,  que con tu sabiduría has formado al hombre para que gobierne el mundo con santidad y rectitud. Dame la sabiduría que reina junto a ti porque el hombre nada vale si le falta la sabiduría que de ti viene.

Contigo está la sabiduría. Ella sabe lo que te agrada y lo que está de acuerdo con tus mandamientos. Envíala desde tu santo cielo, para que me acompañe en mi trabajo y me enseñe lo que te agrada. Ella, que todo lo conoce y lo comprende, me guiará con prudencia en todas mis acciones y me protegerá con su gloria.


ANIMADOR DE LA ORACIÓN TODOS
SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE RUEGA POR NOSOTROS
¡VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES! ¡POR SIEMPRE!