El colegio sirve de punto de encuentro para gente muy distinta: alumnos y alumnas, profesores y profesoras; Hermanos; padres y madres; personal auxiliar; entrenadores; antiguos alumnos y alumnas; otros colaboradores,...

Cada uno tenemos nuestras características, intereses, preocupaciones. A veces parecemos grupos distintos y hasta enfrentados. No hace falta más que pensar en las veces que el profesor o profesora es alguien que nos juzga con las notas, nos castiga,... Y, ¿Qué decir de los padres? Tantos sermones, recomendaciones,...

Sin embargo, hemos de ser capaces de encontrar un punto de unión. ¿Qué puede ser eso que nos une a todos los que andamos en torno al colegio? (los alumnos y alumnas pueden dar respuestas)

En resumen:
Puede ser el buscar lo mejor para vosotros, los alumnos. Entonces, os convertís en el centro entorno al cual gira lo demás.
Puede ser el amor al colegio, a lo que representa, con su historia, con sus años de educación,... El deseo que ese buen nombre siga adelante.
Puede ser “La Salle”, el recuerdo de una figura, de un estilo de vivir, de un mensaje, de una forma de entender la educación.
Puede ser...
Lo que está claro es que debemos ser capaces de encontrar lo que nos une y no lo que nos separa; que debemos ver en el otro a un “hermano” con el que colaborar y convivir y no un rival; que debemos caminar en la misma dirección, para que nuestras fuerzas se unan.

Jesús de Nazaret nos dijo qué hacer, para llegar a estar juntos. Y Juan Bautista de La Salle trató de hacerlo realidad en una escuela. A ver si nosotros somos capaces de hacerlo hoy en día.